La agencia viene recopilando datos sensibles de forma legalmente cuestionable: cuáles son las prácticas de vigilancia de ICE
La agencia ICE ha estado varias veces bajo la mira del público y de las autoridades por diversas prácticas implementadas por sus oficiales. Ha sido denunciada por perpetrar prácticas discriminatorias y por el maltrato a los detenidos. En esta ocasión, la agencia se enfrenta a graves acusaciones por presuntas prácticas de vigilancia ilegal a la población del país.
Un reporte del Georgetown Law Center on Privacy and Technology reveló que ICE realiza operativos de vigilancia para juntar datos sensibles de las personas que viven en Estados Unidos. Por más que existen leyes de protección de datos, ICE ha logrado encontrar rodeos para hacerse con la información de millones de individuos a lo ancho y largo del país.
El estudio “American Dragnet” es el resultado de una operación de dos años que estudió a detalle las prácticas de vigilancia de la agencia.
Cómo se llevó a cabo el estudio American Dragnet
Para obtener los datos necesarios para el estudio, los investigadores del centro Georgetown Law tomaron como base otros reportes previos realizados por instituciones como ACLU, que se dedican a la defensa de los derechos de los inmigrantes. ACLU ya había publicado un reporte en 2019 sobre las operaciones de vigilancia doméstica que venía realizando ICE.
El acceso a la actividad de ICE fue posible gracias al recurso de las solicitudes de información que permite la Freedom of Information Act, ya que dicha ley establece que los registros de las agencias federales deben estar disponibles para consulta pública en tanto no se hayan establecido excepciones especiales.
Cómo ICE obtiene datos personales
Según detalla el reporte, la agencia ha invertido cantidades exorbitantes de dinero para desarrollar esta basta red de vigilancia: alrededor de 2,8 billones de dólares, comenzando en el año 2008. Cinco años después se habrían incorporado las primeras tecnologías de reconocimiento facial a la red de ICE.
ICE también reunió información personal que la gente brindó a agencias locales y estatales u otras organizaciones para poder utilizar servicios esenciales. No está claro si el acceso de ICE a esos datos fue legal. Asimismo, ICE ubicó y deportó a personas a partir de registros de datos que compró a proveedores privados de telecomunicaciones. Estas bases de datos suelen incluir la dirección y el número de teléfono más recientes de los abonados.
La agencia también habría logrado recopilar datos de personas – documentadas o no – a través de los registros del DMV. Dependiendo de la localidad, las personas sin estatus legal pueden solicitar una licencia de conducir. Sin embargo, sus datos no están necesariamente protegidos. Esto permitió que ICE tuviera acceso a los registros de conductores en por lo menos unas cinco del total de diecisiete jurisdicciones que permiten que personas sin documentos obtengan el registro de conducir.
American Dragnet en estadísticas
El reporte hace un detalle más extenso de las prácticas de espionaje de ICE, pero los resultados por sí mismos ya son lo suficientemente escalofriantes.
Estas son las estadísticas obtenidas:
- ICE cuenta con información de 3 de cada 4 adultos con licencia de conducir en Estados
- La agencia tiene información del domicilio de 3 de cada 4 adultos en Estados Unidos, obtenida mediante el armado de una base de datos generada con información comprada a terceros
- ICE ha usado tecnología de reconocimiento facial para revisar 1 de cada 3 licencias de las personas con registro
Este tipo de prácticas es vulnera la privacidad y los derechos de las personas, afectando no solo a la comunidad migrante sino a todos los habitantes de los Estados Unidos. Quedamos a la espera de la repercusión en materia legal y judicial que los hallazgos del Georgetown Law puedan generar.
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